Relatos de Xochimilco; La Leyenda de la Tía Albina
Se cuenta que en el barrio de la Concepción Tlacoapa es conocida entre los habitantes la leyenda de La Tía Albina, quien vivía con su padre Tobías, ambos dedicados a la venta de frijol, maíz, haba entre otras cosas, los productos llegaban a su casa por carretas también se decía que llevaban monedas de oro y plata.
La casa se ubicaba en el lugar que hoy ocupa la primaria “Vicente Riva Palacio”, el terreno en sí contaba con una casona grande, un patio tan extenso que tenía árboles frutales y fuentes, de Albina surge en particular el enigma por su personalidad, debido a que siempre vestía de negro y usaba atado en la cabeza un paliacate, pues según se cuenta cubría un par de cuernos.
Se decía que entre ella y su padre contaban con tanto dinero, que no en pocas ocasiones lo sacaban a orear al patio en jarrones y ollas de barro llenas con monedas de plata y algunas de oro, al no haber lógica a tanta riqueza se atribuyo la misma a que ambos tenían pacto con el demonio, el temor creció con los rumores de algunos vecinos que aseguraban haber visto un toro echado en la cama.
A la muerte de los dos y al no haber familiares, el gobierno decide la expropiación del terreno para construir una escuela primaria; sin embargo, un taquero de identidad desconocida movido por la avaricia decide entrar a la casa abandonada en busca de dinero, haciendo huecos coincidentes con el tamaño de ollas, después de esto desaparece sin que nadie haya vuelto a saber de él.
Lo cual desata la fiebre de la búsqueda de más dinero enterrado por un grupo de jóvenes del barrio, alentados por diversos sentimientos, quizá curiosidad, deseo de aventura y porque no decirlo: ambición. Entre ellos destacaba uno con poderes de vidente, el cual indicaba al “líder” del grupo que donde él se sentara tenían que escarbar, de tal suerte que, en efecto, en los sitios señalados, fueron encontrando cilindros con monedas de plata, todas repartidas al final, en partes iguales.
Sin embargo, en una ocasión uno de ellos, se despide de forma intempestiva, dejando al grupo en ardua tarea, pero una vez más el vidente le indica al líder que lo siga, así lo hace y sorprendido constata que la persona tiene extendida encima de su cobija gran cantidad de oro, que al final es repartido entre todos, respetando el pacto de ser siempre equitativos.
La fiebre de seguir buscando oro termina con la construcción de la escuela y por acoso de agentes municipales.
Existe la creencia de que los mismos trabajadores en labor de construcción aún fueron encontrando más dinero en los muros de la casona y que otro tanto quedo enterrado en los cimientos de la escuela.
¿Leyenda?, aun en la actualidad algunos afirman que el demonio se les presentó ofreciendo monedas de plata y oro, a cambio de 7 almas.
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