martes, 2 de febrero de 2021

¿Como se llama; Axolotl o Ajolote?

¡Y decidí convertirme en axolotl, porque axolotl se escribe con X!

”Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl, iba a verlos al acuario del Jardín des plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos, ahora soy un axolotl”. De esta forma inicia Cortázar en su cuento corto axolotl.

“Pequeño lagarto de jalea. Gran gusarapo de cola aplanada y orejas de pólipo coral”. Así lo llama Juan José Arreola, mientras que Cortázar lo describe "como  un cuerpecito rosado y como translúcido, semejante a un pequeño lagarto de quince centímetros, terminado en una cola de pez de una delicadeza extraordinaria. Por el lomo le corría una aleta transparente que se fusiona con la cola, patas de una finura sutilísima, acabadas en menudos dedos, en uñas minuciosamente humanas".

Fuente: Infobae

La zoología nos dice que el ajolote pertenece a la clase anfibia, a la familia de las salamandras, también conocidos como urodelos. El axolotl, parece un renacuajo gigante, sin embargo, estos presentan características bastante peculiares; Su cuerpo es como el de una salamandra, alargada de tronco compacto mide de entre 15 a 30 centímetros de longitud, pesa entre 70 y 120 g.

Fuente: Canal once

Sobre su cabeza grande, adornándolo cual dios fue, se encuentra su penacho formado por tres pares de ramificaciones. En contraste al tamaño de su cabeza sus ojos son pequeños, carentes de párpados. Tal cual lo describe Cortázar, el axolotl presenta una membrana rígida que se prolonga por toda su cola formando una aleta dorsal comprimida lateralmente, que contribuye a un deslizamiento eficaz en el medio acuático, también nos menciona algo acerca de su coloración rosada, pero este es solo uno de los diferentes fenotipos que presenta este magnífico animal.

Tienen dos orificios nasales con los que detecta a sus presas, su boca contiene unos dientes diminutos para la sujeción, pero no le sirven para rasgar ni masticar, en su lugar succionan todo a su paso, su boca puede abrirla de gran tamaño y pareciera siempre estar feliz o asombrado, como el eterno niño que es.

Axolotl abriendo la boca

Cronológicamente, entre los primeros escritos donde se menciona a este animalito están los de fray Bernardino de Sahagún, en su Historia general de las cosas de la Nueva España, escrita entre el año 1547 y 1577, donde comenta con respecto al origen mitológico del ajolote:

Su historia inicia con el mito de la creación del quinto sol, y el movimiento de los cuerpos celestes; sol y luna, En donde los dioses se sacrificaban para darle movimiento al sol y la luna. Y el dios Xolotl, temeroso intentó esconderse, primero convirtiéndose en maíz, después un maguey, y finalmente terminó ocultándose en el lago, tomando la forma del axolotl, pero finalmente fue encontrado y consagrado a los dioses.

Xolotl el que no quería morir”, mito de la creación del quinto sol.

Fuente: Diario 19

Vemos su historia y nos fascina, propia de un cuento de hadas y por muy fantasiosa que parezca, con el axolotl la realidad supera al mito, pues es sin duda un animal muy singular capas de retrasar su desarrollo encontrándose casi siempre en estado larvario (neotenia) aún siendo adulto, sin llegar a hacer la metamorfosis a salamandra, de hecho, por eso se dice que es eternamente joven. Por si fuera poco, si pierde la cola esta se regenera, lo mismo con otras extremidades como patas, branquias, incluso órganos internos; pulmones, corazón y cerebro.

Una frase que lo acompaña muy bien evocando su monstruosidad y su ser fantástico es la que menciona Roger Bartra; "si los axolotl no existieran , los hubiera debido inventar Lovecraft, pero la zoología ya los atrapo."

Decimos que es un monstruo, no por capricho y querer enaltecerse en el imaginario colectivo como un ser mitológico y fantástico. El término ajolote es la castellanización del náhuatl axolotl, y esta a su vez es la forma aglutinada de las palabras; Atl <agua> y Xolotl <monstruo o perro>, en conjunto significan "monstruo de agua". Por esto mismo hemos utilizado indistintamente tanto el término ajolote como axolotl, ya que ninguno es equívoco, aunque también hay quienes optan por nombrarlo como axolote. Ajolote es la forma con la  que comúnmente se le llama, pero nosotros preferimos axolotl porque se escribe con x.

Se podría decir que si se prefiere, se puede utilizar una nomenclatura más rigurosa como Abystoma Mexicanum, pero esto sería un poco errado ya que este es el nombre científico de una de las diferentes especies. Ambystoma refiere al género al que pertenecen los ajolotes, proviene del latín Amblyx <copa> y Stoma <boca>boca en forma de copa”, por su parte Mexicanum indica la especie, cabe destacar que existen otras 32 especies más, como el dumerilii, velasci, tigrinum, entre otros.

Diferentes especies del género ambystoma

El axolotl ha trascendido el tiempo y la muerte, y sus singularidades le ha valido ser representado de diversas maneras, en diferentes momentos de la historia, siendo fuente de inspiración para diferentes pintores, escultores y otros artistas. “Axolotl letra por letra” es un artículo hecho por los investigadores José Luis Aguilar, Jennifer López Sánchez y Constantino Villar. En él abarcan esta idea y hacen mención de sus distintas apariciones; De la época prehispánica se encuentra el códice florentino así como esculturas y figuras de jade, piedra y otros materiales. Mientras que de la época colonial se tiene registro de imágenes de ilustradores científicos.

Ilustraciones científicas del ambystoma velasci, José María Velasco

En la era moderna su figura aparece en portadas de libros, esculturas, murales como el de “Agua, origen de la vida” de Diego Rivera, y ha tapizado los muros y paredes en grafitis e incluso ha sido representado en un par de personajes de la animación como en Pokémon y Onyx Equinox, por mencionar algunas.

Mudkip y Wooper, Pokémon

En el mismo documento también mencionan que es la literatura quizá la disciplina en la que el axolotl ha tenido un papel más significativo, pues ha sido musa de inspiración de diversos escritores, ya sea como figura en escritos de diferente tipo, desde descripciones detalladas de este animal hechas por historiadores, cronistas y naturalistas, hasta su uso a manera de metáfora, símbolo o alegoría en cuentos, novelas y ensayos, entre otros géneros literarios por autores clásicos y contemporáneos.

Entre los escritores y las obras que disertan de forma directa o indirecta sobre el ajolote, podemos mencionar “La gran libación” de René Daumal; “Un mono fetal” de Aldous Huxley; “Mariposa angelical” de Primo Levi; “Para una filosofía de la infancia” de Giorgio Agamben; “Axolote” de David Wheatley; “El año del ajolote” de Carlos Chimal; “Sobre el ajolote” de Verónica Murguía; “Un paseo por el paraíso de los ajolotes” de Verónica Volkow; “Cada quien su axolotl” de Alberto Ruy Sánchez; “Reflexiones de Andreas Scheuzeri” , “Ajolote” de Pablo Soler Frost.

Algunos de los escritos más conocidos aparte de “Axolotl” de Julio Cortázar, se encuentran; ”Axolotiada” y “La jaula de la melancolía”, de Roger Bartra. Ya sea como una compilación extensa de material escrito y visual entorno a los axolotl o como una analogía a la identidad y metamorfosis del mexicano tomando al ajolote como referencia.

Compilación de escritos con el tema del Axolotl

También se puede destacar la prosa con la que Juan José Arreola describe al axolotl en su libro “Bestiario”. En la poesía, otros grandes autores mexicanos como José Emilio Pacheco, en “El reposo del fuego” o el propio Octavio Paz, en su poema “Salamandra” , hacen mención del ajolote. A decir de algunos críticos, ya sea como símbolo de mexicanidad, en el caso del primero, o como idea de ambigüedad y relación entre el viejo y el nuevo mundo, principio y fin de la deidad, en el segundo.

En cuanto a su papel en la literatura científica, las primeras aproximaciones a la descripción y conocimiento del ajolote las hicieron en la época colonial (año 1570-1800), Entre los primeros tenemos los estudios hechos por el naturalista Georges Cuvier en el año 1805, así como los de August Duméril, del naturalista y pintor José María Velasco. Sólo por mencionar algunos de la extensa lista de aportaciones que se han hecho en los diferentes ámbitos de la ciencia.

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