viernes, 26 de febrero de 2021

Fauna

Fauna mítica

Desde siempre los seres humanos han creado y creído historias acerca de seres fantásticos, que habitan los cielos, bosques, montañas y el agua. Ya sea como representación misma de los dioses o parte de sus creaciones, siempre han estado presentes en diferentes y diversas civilizaciones.

Los ecosistemas lacustres son un claro ejemplo de ello y han aportado mucho sobre estas creencias, principalmente sobre animales sorprendentes y con poderes sobrenaturales que provienen de una fauna lacustre, tales como felinos con ojos que resplandecen, peces que pueden volar, serpientes acuáticas gigantescas o un dinosaurio que se resiste a desaparecer, todos ellos forman parte de los relatos de la tradición de las leyendas.

Como dijimos los animales han sido la inspiración de muchas de estas historias, como manifestaciones de poder de la misma naturaleza. Esto se debió a la relación milenaria y ancestral entre las personas y la naturaleza.

Los sistemas lacustres (lagos, lagunas, ríos), son importantes en este sentido porque los pueblos que se asentaron en estos lugares tuvieron esta estrecha relación con el agua como fuente vida, no sólo porque permitió la agricultura, que desde la semiótica es símbolo de fertilidad y vida, sino también porque son importantes moradas permanentes y estacionales de multitud de especies de animales y vegetales, tan pequeños como las bacterias y tan grandes como las aves migratorias, y quizá en tiempos más antiguos de animales mucho más grandes.

En Xochimilco, demarcación territorial dentro de la ciudad de México situada en la parte sur de la ciudad, se encuentra “el lago de Xochimilco” o algo de lo que una vez fue de su pasado lacustre. Esta zona destacó por su sistema de agricultura, las chinampas, con las cuales aprovecharon su entorno en equilibrio con el ambiente, generando así un ecosistema único con abundante flora y fauna.

Este tipo de fauna tuvo una gran importancia en la vida de las personas y los pueblos antiguos, que nutrieron el imaginario colectivo. A continuación, queremos destacar algunos de estos animales junto con sus ideales asociados, no solo por los xochimilcas, sino por otros pueblos del valle y de Mesoamérica en general.

Tlacuache

El tlacuache tiene fama de ladrón, puede robar lo que le dé la gana, porque tiene cola prensil, así como un marsupio o bolsa en la que lleva a sus crías y unas manitas que no son comunes entre los animales.

El tlacuache engaño al dueño del fuego: se aproximó con cautela a la hoguera, diciendo que está cansado, entumido de frío y de repente tomó una brasa y salió corriendo ocultándola en su bolsa, por lo que ésta se le quema. 

Hay otras versiones. Una dice que cuando coge la brasa con la cola, ésta se le quema y queda pelada. Robó también el maíz para los pueblos e hizo la forma de los ríos.

No solo es buen ladrón, también se caracteriza por ser comelón, su régimen alimenticio le permite comer de todo, incluso carroña y animales venenosos. Y como le gusta el aguamiel de los magueyes, roba estas plantas. Entonces, se puede asegurar que no sólo es un ladrón, sino también un borracho...

Fue el primero que descubrió los efectos del aguamiel fermentado y lo regaló a los hombres, enseñándoles a prepararlo.

Fuente: Tlacuy

No está de más destacar que también es símbolo de inteligencia y resistencia, no por nada pudo robar el fuego, el maíz y los magueyes. Se dice que es capaz de resistir el veneno y aguantar hasta 80 mordidas de víbora.

Serpientes

Uno de los tres animales más importantes en Mesoamérica y también uno de los que posee mayor complejidad simbólica, fue la serpiente. A lo largo y ancho de Mesoamérica, la serpiente posee un sentido fertilizante y anuncia lluvias bienhechoras que producirán abundantes cosechas.

Torna un símbolo del poder, forma parte de la vestimenta que porta Coatlicue (madre de Huitzilopochtli). Entre los mayas y en el Altiplano Central, la serpiente era un signo calendárico de buena fortuna.

Además de estas serpientes, existen muchas otras de carácter mítico. Una de ellas es la xiuhcóatl, que posee ojos estelares y se identifica como el arma de Huitzilopochtli. Pero quizá la que más destaca y que posee complejidad es Quetzalcóatl: la serpiente emplumada. Relacionada con la vegetación, el poder, el linaje, llamado kukulkan en la región maya.

Las ranas y los sapos

El croar de las ranas se asociaba con la llegada de las lluvias, algunos autores han interpretado que se trataba de las representaciones de los ayudantes de Tláloc (tlaloques). Esto sucedía en la fiesta de la veintena de Tozoztontli, celebración relacionada con el maíz, en la cual eran sacrificadas y asadas. Por su parte, el sapo se asocia al castigo, es un personaje del Popol Vuh: un mensajero que fue castigado, por lo que obtuvo su peculiar fisonomía.

Ajolote

El axolotl o ajolote se toma poética y metafóricamente como símbolo de resiliencia en especial ante la muerte, pero hubo un tiempo que fue una deidad:

Xolotl no quería arder, aunque su inmolación era importante para dar movimiento a los astros y, así, concluir la invención del universo. Entonces tomó valor y huyó velozmente de Teotihuacan hacia rumbo desconocido.

Xólotl empezó a transformarse en diversas especies para que no lo hallaran. La primera forma que adoptó fue la de un guajolote, pero al verse amenazado por la cercanía del viento, se convirtió en maguey. Luego tomó la figura de un perro xoloitzcuintle, pero de nuevo fue rastreado, por lo que alteró su cuerpo para lucir como una planta de maíz.

A pesar de todas las transformaciones, Xólotl fue localizado. Al no tener escapatoria, decidió arrojarse al lago convirtiéndose en un axolotl.

Fuente: Axololtl

Lagarto Cornudo

Su apariencia le ha ganado mala fama, pues los cuernos que coronan su cabeza y las espinas que posee en todo el dorso de su cuerpo lo hacen ver como un animal agresivo, como esa mítica criatura del medievo, que aterrorizo a los pueblos, y con cuyo nombre a veces se le llama el dragón mexicano, pero de tamaño diminuto. Nada que ver con estas míticas criaturas más allá de su apariencia, en comparación del colérico comportamiento que caracterizo a los dragones, estos lagartos son animales sumamente tranquilos y dóciles que no buscan atacar a nadie, en lugar de arrogar fuego por la boca, estos arrojar chisguetes de sangre por los ojos como un mecanismo de defensa.

En la actualidad muchas personas les atribuyen características mágicas o curativas, porque existen mitos alrededor de estas especies, como, por ejemplo, que matan a las serpientes de cascabel o evitan que estas se acerquen.

Colibrí

Coatlicue, diosa de la fertilidad o madre tierra, quedó embarazada al resguardar en su regazo un puñado de plumas azuladas que le cayó del cielo. El bebé en camino llevaría el nombre de Huitzilopochtli (Colibrí zurdo), dios del sol y la guerra.

Al nacer, el dios de la guerra llegó a este mundo equipado con una armadura, un escudo de águila, en el pie izquierdo una sandalia y otros tocados con plumas de huitzitzilin (colibrí) y con una xiuhcoatl, serpiente de fuego. Una vez preparado, Huitzilopochtli enfrentó y venció a su hermana y venció a sus 400 hermanos.

Por ello que el colibrí es símbolo de ferocidad y guerra, esto en parte tiene que ver con su comportamiento, hay colibríes que son territoriales y se muestran agresivos ante otros colibríes.

Los Mayas concebían la creación de todas las cosas sobre la tierra por obra y designio de los dioses. "A cada animal, a cada árbol, a cada piedra, les habían designado un trabajo al momento de crearlos; para la tarea de llevar los deseos y pensamientos de un lugar a otro; Tomaron una piedra de jade la tallaron hasta formar una pequeña flecha, una vez lista, soplaron sobre ella y como un relámpago verde, salió volando una diminuta, hermosa y rauda ave". Los dioses habían dado vida al x-ts’unu’um, al colibrí.

Ahuizotl

La descripción que se conoce fue hecha por los informantes de Fray Bernardino de Sahagún…

“es tamaño como un perrillo, tiene el pelo muy lezne y pequeño, tiene las orejitas pequeñas y puntiagudas, tiene en cuerpo negro y muy liso, la cola larga y en el cabo de la cola una como mano de persona; tiene pies y manos, y las manos y pies como de mona.”

Cuentan que el Ahuízotl vivía en lo mas profundo de los manantiales y ríos, y si una persona se acerba a la orilla, la agarraba con la mano de su cola y la arrastraba hasta lo más hondo. Entonces el agua se enturbiaba, se levantaba olas y espuma. Los peces saltaban y también las ranas. El Ahuízotl ejecutaba estas acciones a pedido de los dioses de la lluvia, cuando estos sentían especial interés por un alma humana y deseaban tenerla a su lado en los cielos.

Fuente: El ahuizotl

Muy probable fueron varios los animales que contribuyeron a forjar la leyenda del fantástico ahuitzotl, entre los podrían ser el tlacuache, el perro, el coyote. Sin embargo, no debemos identificarlo necesariamente con ninguno de ellos.

Fauna de Xochimilco

Como vemos los animales siempre han formado parte de la vida de los hombres. Tanto es así, que han tenido su lugar en muchos mitos y leyendas desde tiempos antiguos. En Xochimilco actualmente la fauna está compuesta por 139 especies; 21 de peces, 6 de anfibios, 10 de reptiles, 79 de aves y 23 de mamíferos.

La fauna acuática, terrestre y aérea que habita el Lago de Xochimilco coexisten anfibios, aves, roedores y reptiles. Entre ellos se encuentran especies como la culebra de agua de panza negra, culebra ratonera, tilapia de agua dulce, distintos tipos de patos y ranas, ajolotes entre otros. Mamíferos como tlacuaches, liebres, conejos, teporingos, comadrejas, ardillas, tejones, zorrillos, tuzas, ratones de campo, por mencionar algunos.

Fuente: Diversidad de fauna en Xochimilco, naturalista

Las aves varían entre garzas grises, plateadas y blancas, urracas, gorriones, gaviotas, lechuzas, pelícanos, búhos y halcones. Una lista muy extensa y diversa de fauna aérea que no para de crecer y diversificarse.

Fuente: Diversidad de fauna en Xochimilco, naturalista

En la zona existen poblaciones que se han visto reducidas, como son las dos especies de ajolote (Ambystoma mexicnaum y Abystoma Velasci); la rana de Moctezuma y la rana de Xochimilco, así como dos especies de acociles (Cambarellus montezumae y Hyallela azteca), y otras más han desaparecido en su totalidad como las carpas; Xochimilca, de Tláhuac y la carpa verde.

Ver lista completa de especies, de acuerdo al naturalista de CONABIO.




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