viernes, 15 de octubre de 2021

Compañero y amigo, en la vida y la muerte; El Xoloitzcuintle

¿Conoces la leyenda del Xoloitzcuintle?

“In itzcuintli”

In ihcuac zan ye nocel,
nican, notech ca notzcuin.
Ompa, in can ye mihtoa,
Quenonamican,
¿azo notech,
ompa ye notzcuin?

Aprovechando que se acerca el día de muertos, una de las celebraciones más populares y quizá de las más importantes, donde la muerte no es muerte sino vida y celebración, pero también es respeto a la misma y tradición, queremos hablarte de una mítica pero real criatura asociada a estas creencias y esta etapa de la existencia.

Hay quienes le llaman el mejor amigo del hombre, y seguramente lo es, pues nos acompaña toda una vida e incluso más allá, así es, no referimos a “el perro” bueno, pero no a cualquier perro, este es uno muy especial, el “Xoloitzcuintli” o “Xoloitzcuintle”.

El Xoloitzcuintle es el guía espiritual de las personas, mejor dicho sus almas, y es quien se encarga de guiar a estas por los andes del "Mictlán" y de sus señores. Su historia en el jardín mítico tiene que ver con dos mitologías que giran en torno a este hermoso animal.

Las historias formadas bajo los cielos estrellados muchas noches atrás, cuentan que al inicio había dos dioses que eran hermanos gemelos y que encarnaban un rostro antagónico, ya que juntos son "Tlahuizcalpantecuhtli"; la representación personificada del planeta Venus en su tránsito frente al Sol.

El primero de ellos, Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, es la “estrella de la mañana” y representa la salida del sol y su acompañamiento durante el día, también representaba la vida y el conocimiento; su parte antagónica, Xolotl quien es la “estrella de la tarde”, representa el ocaso y es el responsable de conducir al sol por el inframundo, es decir, acompañarlo en su recorrido cotidiano por el reino de la muerte.

La creación de los hombre en el Quinto Sol; Xolotl y Quetzalcoatl

Durante la creación del quinto sol, después de varios intentos para dar vida a los hombres, los dioses se dieron cuenta de que había que descender al Mictlán y obtener los huesos sagrados de los ancestros. Estos eran los huesos de las personas que vivieron en los tiempos anteriores, en los soles pasados y a partir de los cuales se crearía a las mujeres y hombres del Quinto Sol que iluminarían el mundo actual, es decir en el que tú y yo vivimos.

Por ello Quetzalcóatl descendió al lugar dominado por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, señor y señora del lugar de los muertos. Para rescatar aquellas osamentas. Xólotl sin temer, acompañó a Quetzalcóatl en su recorrido por el Mictlán, justo como acompaña al sol en el ocaso. Se dice que Quetzalcóatl obtuvo los hueso y en el regreso cayó, rompiendo los huesos y por ello la humanidad es de diferentes tamaños; unos más chicos y otros más grandes.

La creación del perro, El Xoloitzcuintli

La segunda parte de nuestra historia comienza aquí. Después que los hermanos regresaran del Mictlán. Se dice que, a partir de una astilla de los “Huesos de la Vida”, Xólotl creó al perro. Y este al ver lo especial de su creación, decidió obsequiar el xoloitzcuintle al hombre.

El dios les explicó…que en vida tenían que cuidar bien de este perro ya que el día que su muriesen, el Xoloitzcuintle se encargaría de ayudar y guiar el alma a través del Mictlán o lugar de los muertos. Por eso se dice que, si tratas mal a un perro o aun xolo, este te desconocerá y se negaría a ayudarte a cruzar los ríos del Mictlán. Por lo cual perecerías y jamás podrías entrar al reino de los muertos.

El Xoloitzcuintli y el Mictlán 

Aquellos que morían de muerte natural, sin importar su rango llegaban a Mictlán. El Mictlán es el nivel inferior del inframundo y para llegar a él debes de aventurarte por un largo camino a través de nueve peligrosos niveles, ordenados verticalmente y de forma descendente, sobre el que tienes que recorre durante cuatro años para liberar el tonalliel alma” y comprobarle a las deidades del inframundo, que con su presencia anuncian el final del viaje y que tu alma era digna de ser protegida por ellos.

También se dice que en este largo y doloroso recorrido el tonali de las personas podía regresara una vez con su familias, al mundo terrenal y se fortalecía, de aquí nace la carencia del día de muertos o bueno parte de sus orígenes. 

Después de que una persona fallecía, para pasar al Mictlán, se llevaba a cabo una serie de rituales; uno de esto era sacrificar a uno xolo para enterrarlo en la tumba junto a su dueño. Así Posteriormente, la persona despertaría a la orilla de un rió, la cual sería la primera prueba, el primero de los nueve niveles a superar para poder llegar al Mictlán y obtener el descanso eterno.

Primer nivel Chiconahuapan, también llamado Itzcuintlan o “el lugar de los perros”. En este sitio es donde el difunto despertaba. Aquí se encontraba un caudaloso y profundo río que debía ser cruzado por la persona, para ello necesitaría la ayuda de un xoloitzcuintle, aquel que lo acompañó en el mundo terrenal y si la persona había tratado bien al perro cuando se encontraba con vida, el Xolo gustoso, tomaría el alma, la pondría sobre su lomo y la llevaría a salvo hasta el otro lado y lo guiando en su último viaje.

Según algunas historias, dicen que el xoloitzcuintle debía ser totalmente negro, ya que si presentaba manchas en su cuerpo quería decir que es perro ya había servido al alma de otro difunto.Aunque otros también afirman, que el xoloitzcuintle debe ser pardusco, pues si era de un color negro muy intenso, era indicio que ya se había metido varias veces en los ríos, por el contrario, si era de tonos muy claros el perro era muy joven y aun no estaba listo para la tarea de ayudar y guiar las almas.

Esta es la historia de xoloitzcuintle, un magnífico animal que no solo te cuida y protege en vida sino también en el más allá.

“El perro”

Cuando estoy solo,
junto a mí, aquí está mi perro.
Allá, donde dicen
que de algún modo se existe,
¿acaso junto a mí
estará allá mi perro?

Poema rescatado por Miguel León Portilla

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