viernes, 25 de junio de 2021

Dolores Olmedo

Dolores Olmedo

Es cierto que las coloridas trajineras y el pasado lacustre, en compañía del canto de las aves coreado por los mariachis y el son de la marimba, le han valido un reconocido lugar a Xochimilco. Pero cuando hablamos de Xochimilco también podemos hablar de su encanto, diversidad, colores, olores, cantos y muchísima historia. Misma que ha cautivado a numerosos artistas, un ejemplo de ello es la canción que Agustín Lara le compuso, o a Luis Cernuda que visitó este lugar, oyendo sólo ecos de sabiduría extinta, de vida abdicada. Entre muchos más...como Dolores Olmedo.

María de los Dolores Olmedo y Patiño Suárez, nació en Tacubaya, Ciudad de México el 14 de diciembre poco antes de la revolución mexicana en 1908, dentro de las circunstancias políticas y sociales del siglo XX. Era la mayor de los hijos de una maestra a quien admiró y agradeció siempre sus esfuerzos, María Patiño Suárez, y de un contador y abogado, Manuel Olmedo Mayagoitia.

Dolores Olmedo fue una empresaria, filántropa y artista mexicana, también una gran coleccionista de arte y tuvo una estrecha amistad con el pintor Diego Rivera. Quien forma parte de una gran colección, en el museo que lleva su nombre en Xochimilco. También se le reconoció como una mujer “polémica”, audaz y representante de un feminismo del siglo en que vivió.

Se puede decir que todo inició en el espacio reducido de un elevador del edificio principal de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1928, ahí fue el punto de encuentro entre Diego Rivera y una joven estudiante de arte con la que desarrolló una interesante relación que se extendería a lo largo de los años.

Dolores Olmedo ingresó a la Universidad Nacional de México,en donde estudió durante dos años leyes y más tarde cursó una carrera artística en la Academia de San Carlos.

Comenzó a acercarse más al arte cuando conoció al muralista Diego Rivera en 1928. Desde entonces, el pintor, realizó alrededor de 27 dibujos al desnudo de Olmedo.

Además de Diego Rivera convivió con otros artistas como Frida Kahlo; los poetas Salvador Novo y Xavier Villaurrutia; los filósofos José Vasconcelos y Antonio Caso; los músicos Julián Carrillo y Manuel M. Ponce; y los pintores Joaquín Clausell y Alfredo Ramos Martínez, entre otros como Carlos Pellicer, Jorge Cuesta y Jaime Torres Bodet. Trabajó con David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

En el mundo empresarial fundó una empresa de construcciones, después se asoció Heriberto Pagelson y fundaron la Industria Cerámica Armada.

Años más tarde, después de la muerte de Frida Kahlo, Rivera y Olmedo se volvieron más unidos y en 1955 con la autorización del pintor, Olmedo comenzó a comprar su obra y la de su esposa, alrededor de 50 obras fueron adquiridas por ella.

Fue designada presidente del Comité Técnico del Fondo de Diego Rivera, fue parte importante de los museos Diego Rivera y Frida Kahlo. Ocupó distintos cargos en el Departamento del aquel entonces Distrito Federal, también fue coordinadora general del Consejo Nacional de Turismo. Olmedo también ocupó posiciones políticas y culturales y, desde ellas, pudo realizar exhibiciones de arte mexicano dentro y fuera del país.


A partir de 1958, Olmedo empezó a realizar grandes ofrendas para la celebración del Día de Muertos que después fueron características del museo que lleva su nombre. Contaba con una colección de 800 piezas arqueológicas mesoamericanas, así como muebles coloniales y distintos objetos que conformaron una amplia colección compuesta de arte popular de todo el país.

Así es como Olmedo compró el casco de la Hacienda de la Noria, en Xochimilco, construcción que data de fines del siglo XVI, a donde se mudó y el 17 de septiembre de 1994 estableció el Museo Dolores Olmedo. En el recinto montó sus colecciones de pintura prehispánica y popular, además anualmente ponía las tradicionales ofrendas del Día de Muertos dedicada a importantes figuras de la cultura nacional. Esta actividad mantiene vigencia en la actualidad.

A los 93 años Dolores Olmedo murió en el 2002, dejando un vasto legado; impulsó la creación del Museo Arqueológico de Santa Cruz Acalpixca; donó terrenos para la construcción de centros educativos, creó la Fundación Dolores Olmedo Patiño A.C, el Fideicomiso Museo Dolores Olmedo Patiño para resguardar el patrimonio tanto cultural como artístico.

Adriana Jaramillo García, directora indica que en el museo, se puede contemplar un aproximado de 150 obras de Diego Rivera, 26 pinturas de Frida Kahlo, siendo la colección de obras de Rivera y Kahlo más importante del mundo. Así como una serie de grabados de Angelina Beloff y Pablo O'Higgins. También posee 800 piezas prehispánicas de diversas culturas y un total de 3,000 ejemplares de arte popular: barro negro de Oaxaca, cerámica de Colima (entre ellas piezas de perritos xoloitzcuintles), árboles de la vida provenientes de Metepec (Estado de México) y preciosas lacas del estado de Michoacán. También cuenta con bellos jardines, ofrece actividades, talleres y vela por uno de los más preciados tesoros del lugar, y alberga diversos animales como los perros xoloitzcuintles, patos, gansos y pavorreales.

Sin embargo, se ha dicho que las maneras de Dolores Olmedo para hacerse de las obras de arte han sido digamos, controversiales: abuso de confianza y desaparición de obras que tenía a su cuidado fueron las más frecuentes, y que algunas obras que estaban bajo su resguardo para ser expuestas o valuadas, quedaron en su poder y se negó a entregarlas.

Así que además de disfrutar un paseo en trajinera, en compañía de la familia y amigos, aprendiendo de las chinampas, visitando las la flora y la fauna, ver el mítico Axolotl en el Tapanco y disfrutar de una rica comida, también se puede visitar este recinto cultural con gran patrimonio.


viernes, 18 de junio de 2021

El Cantor del Proletario es de Xochimilco; Fernando Celada Miranda, poeta, dramaturgo y periodista

La caída de las hojas

Xochimilco es reconocido por muchas cosas; su pasado histórico y lacustre; las míticas chinampas; sus trajineras y los canales por dónde navega Xochiquétzal; sus costumbres y tradiciones que llenan los callejones con las ferias artesanles y gastronómicas, así como por sus más de 400 fiestas; los platillos típicos y olores de barrio gastronómicos tradicionales; La reconocida fiesta milenaria “La flor más bella del ejido”, entre otras. También es lugar de personajes únicos como Dolores Olmedo, Martín de la Cruz, Francisco de Goita y Fernando Celada, entre otros.

En esta ocasión hablaremos un poco de Fernando Celada “El Cantor del Proletario

Fernando Celada Miranda, aunque no lo conozcas tal vez te suene un poco su nombre, pues figura en uno de los principales monumentos, así como en uno de los mas conocidos embarcaderos de Xochimilco, por si no es así  aquí dejamos un poco de quien fue

Fernando Celada fue un poeta, dramaturgo y periodista mexicano por sus ideas fue objeto de persecuciones; Fue un luchador que apoyó al proletariado mexicano, ejerció presión con el periodismo y colaboró en los periódicos: Jalisco Nuevo, Bandera Roja, Redención y otros, llegando a ser considerado como "El cantor del proletariado".

Nació el 30 de mayo de 1872  en Xochimilco en el barrio de San Pedro, hoy Xaltocan, en la poesía escribió varios libros lo que lo catalogaron como un poeta romántico reconocido universalmente, ocupa una de las páginas más brillantes de la literatura nacional e internacional, su obra aparece en la Antología “Las quinientas Mejores Poesías Universales” e inserta su más conocido poema, “La caída de las hojas”.

Publicó excelentes poesías en folletos y periódicos como el “Monitor Republicano”, el” Diario del Hogar”. “Martillos y Yunques” que le dio el apelativo: Cantor de los obreros, por su poesía social. “En capilla” fue un monólogo dedicado a los obreros de la República Mexicana, estrenada en el Teatro Invierno, el 4 de junio de 1896.

Existe una organización civil llamada Patronato Fernando Celada Pro Mansión (Rotonda) de los personajes ilustres de Xochimilco A. C., dedicada a promover la cultura en Xochimilco, así como la importancia de sus personajes históricos.

La Rotonda de los Personajes Ilustres fue construida en la Glorieta y el Jardín llamado Fernando Celada, En su honor fue descubierto un busto en la glorieta que llevaba su nombre el 7 de julio de 1944, la ahora la Rotonda de los Personajes Ilustres de Xochimilco. En dicho espacio se encuentran los bustos de grandes personajes de Xochimilco tales como: Juan Badiano, Quirino Mendoza y Cortés, Fernando Celada Miranda, Francisco Goitia García y José Farias Galindo. Se encuentra entre las calles Guadalupe I. Ramírez y Calle Pino

El embarcadero más importante en el Centro de Xochimilco también lleva el nombre Fernando Celada Miranda. También una Escuela Primaria ubicada en la Calle de Josefa Ortiz de Domínguez, Barrio de La Asunción, lleva su nombre.

Fernando Celada falleció el 7 de julio de 1929 en el domicilio del Dr. Lucio Núm. 20, Ciudad de México donde se colocó una placa de mármol en 1954. Sus restos fueron trasladados al panteón de Xilotepec, Xochimilco, dejando su nombre en una calle del Panteón de Dolores. Sus cenizas fueron depositadas en una urna de caoba comprada con la cooperación de los vecinos de Xochimilco y tallada por varios obreros mexicanos inscribiendo los nombres de los barrios de Xochimilco.

La caída de las hojas

Cayó como una rosa en mar revuelto…
y desde entonces a llevar no he vuelto
a su sepulcro lágrimas ni amores.
Es que el ingrato corazón olvida,
cuando está en los deleites de la vida,
que los sepulcros necesitan flores.
Murió aquella mujer con la dulzura
de un lirio deshojándose en la albura
del manto de una virgen solitaria;
su pasión fue más honda que el misterio,
vivió como una nota de salterio,
murió como una enferma pasionaria.
Espera, – me decía suplicante –
todavía el desengaño está distante…
no me dejes recuerdos ni congojas;
aún podemos amar con mucho fuego;
no te apartes de mí, yo te lo ruego;
espera la caída de las hojas… 
Espera la llegada de las brumas,
cuando caigan las hojas y las plumas
en los arroyos de aguas entumidas,
cuando no haya en el bosque enredaderas
y noviembre deshoje las postreras
rosas fragantes al amor nacidas. 
Hoy no te vayas, alejarte fuera
no acabar de vivir la primavera
de nuestro amor, que se consume y arde;
todavía no hay caléndulas marchitas
y para que me llores necesitas
esperar la llegada de la tarde.
entonces, desplomando tu cabeza
en mi pecho, que es nido de tristeza,
me dirás lo que en sueños me decías,
pondrás tus labios en mi rostro enjuto
y andarás con un listón de luto
mis manos cadavéricas y frías. 
¡No te vayas, por Dios…! Hay muchos nidos
y rompen los claveles encendidos
con un beso sus vírgenes corolas;
todavía tiene el alma arrobamientos
y se pueden juntar dos pensamientos
como se pueden confundir dos olas.
Deja que nuestras almas soñadoras,
con el recuerdo de perdidas horas,
cierren y entibien sus alitas pálidas,
y que se rompa nuestro amor en besos,
cual se rompe en los árboles espesos,
en abril, un torrente de crisálidas.
¿No ves cómo el amor late y anida
en todas las arterias de la vida
que se me escapa ya?… Te quiero tanto,
que esta pasión que mi tristeza cubre,
me llevará como una flor de octubre
a dormir para siempre al camposanto.
¡Me da pena morir siendo tan joven,
porque me causa celo que me roben
este cariño que la muerte trunca!
Y me presagia el corazón enfermo
que si en la noche del sepulcro duermo,
no he de volver a contemplarte nunca.
¡Nunca!… ¡Jamás!… En mi postrer regazo
no escucharé ya el eco de tu paso,
ni el eco de tu voz… ¡Secreto eterno!
Si dura mi pasión tras de la muerte
y ya no puedo cariñosa verte ,
me voy a condenar en un infierno.
¡Ay, tanto amor por tan breve instante!
¿Por qué la vida, cuanto más amante
es más fugaz? ¿Por qué nos brinda flores,
flores que se marchitan sin tardanza,
al reflejo del sol de la esperanza
que nunca deja de verter fulgores? 
¡No te alejes de mí, que estoy enferma!
Espérame un instante… cuando duerma,
cuando ya no contemples mis congojas…
¡perdona si con lágrimas te aflijo!…
-Y cerrando sus párpados, me dijo:
¡espera la caída de las hojas!
¡Ha mucho tiempo el corazón cobarde
la olvidó para siempre! Ya no arde
aquel amor de los lejanos días…
Pero ¡ay! a veces al soñarla, siento
que estremecen mi ser calenturiento
sus manos cadavéricas y frías…!

Otras de sus obras de este gran poeta son: 

Rosas en Mar 

Retro Calle Mujer Bruma 

Los Cristos Mudos

Los Nublos

En la Fabrica

Martillos y Yunques

En la Fragua

viernes, 11 de junio de 2021

¿Sabes quién es Mictlancihuatl y cual es su relación con La Llorona y Xochimilco ?

La Leyenda de La Mictlancihuatl

Caminar en la traza singular de los tradicionales callejones de Xochimilco podría ser inseguro, no por la delincuencia, sino por algo más allá, que yace en la penumbra que acompaña al astro nocturno y su brillo. A veces si uno es sensible, sentirá que camina internamente en un ambiente de magia, en la memoria de los siglos pasados que se siente como susurran en la piel con el andar y se resuena en cada pisada que palpita en las paredes, en cada piedra antigua en cada rincón de los callejones sin salida, incorporándose al mundo de los trasnochadores; Nahuales, Sirenas, Brujas y un sinfín de criaturas que yacen en la oscuridad, esperando al acecho.

Son varios los vecinos de estos barrios que afirman haber escuchado un desgarrador grito, y otros más que dicen haber visto a la responsable de tan lastimero lamento, La Llorona. Esta leyenda nos hace referir a otra leyenda tradicional “La Mictlancihuatl" o "Mictecacihuatl"; La mujer del inframundo, del Mictlan, contraparte de Mictlantecuhtli. Señor y Señora de los muertos.

Se dice que ellos colocaron a la llorona en la Ciudad de Tenochtitlan como presagio de su caída y posteriormente en la colonia española virreinal la Nueva España como producto de los amoríos trágicos. Otras historias dicen que es la misma Mictlancihuatl la que se aparece por los callejones; tal nos lo muestra Rodolfo Cordero en su libro "Mitos y Leyendas de Xochimilco":

¡Yo vi a la Mictlancihuatl! exclamó Juanelo durante la plática familiar, después de cenar, al regresar de las labores chinamperas. Serían las 2 de la madrugada cuando mi hermano Simón se levantó, se vistió, agarró su jorongo y se lo puso, “levántate, apúrate vamos a cortar hierba para la contrata”, me dijo y salió de la casa hacia la acequia cuando escuché el ruido de la cadena con la que mi hermano sujetaba la canoa, me levanté me vestí y lo seguí en el chupón.

Simón me chiflaba para que lo siguiera por el acalote de La Noria. El agua olía a xochiac, al tlazole removido, Los ahuejotes estaban quietos, arriba en el cielo estaba claro y las estrellas brillaban con intensidad.

Mientras entraba... yo remaba entre el silencio de la madrugada, únicamente se oía el agua rasgada, el acalote de La Noria estaba solo, nadie más que yo y los quietos árboles que dejaban caer su sombra. La luna llena se reflejaba en el agua negra. Unas nubes fulminantes la asediaban. De pronto entre la carroza de la chinampa algo empezó a moverse, se sacudía fuertemente.

¡Y de pronto salió! iba en una chalupa, remaba rápido, apenas removiendo el agua, sin hacer olas. ¡Verdad de Dios que sentí ganas de regresarme a la Laguna del Toro!, imposible ya iba detrás de ella.

Era una mujer vestida de blanco con el cabello largo y suelto, iba sentada en medio de la chalupita como las mujeres que venden flores en el Paseo de Nativitas; picaba penas el agua con la pala, cambiando de mano de un lado a otro y de pronto desapareció. Cuando llegué allí nada sólo los matorrales pardos de las flores.

Otra narración, de Stela vecina que se juntaba con las hermanas de Juanelo, dice que su madrina también la vio cuando era chica, tendría unos 14 años.

Era una de esas noches que uno piensa y piensa, cuando estaba en su cuarto construido con tablas de Canoa y techo de sacarte, se sintió muy triste de verse sola y le dieron muchas ganas de llorar, al apagar la luz de la vela que iluminaba el cuarto y cerrar la puerta vio que de la luna llena se desprendía una nube blanca que venía derechito hacia ella.

Aquella nube se convirtió en una mujer etérea que arrastraba una larga cola, como vestido de novia, rápidamente mi madrina tomó un cristo de metal y lo levantó frente a la figura. Decía que la mujer volaba de un lado a otro queriendo entrar al cuarto, pero el Cristo se lo impedía. Sus ojos eran rasgados y su cabellera larga y suelta, sus aretes resplandecían y sus collares centelleaban al moverse, su vestido blanco se disolvía al hacer sus giros y se movía las manos de tal manera que hablaba con ellas. Después desapareció frente a ella ondeando el velo de su vestido y se elevó perdiéndose en el infinito.

Fragmentos del la narración de La Mictlancihuatl; Rodolfo Cordero

Las historias de la Mictlancihuatl además de su ser fantasmagórico, con vestimenta blanca y accesorios de oro y brillantes, también la refieren como un ser hermoso.

¡Yo también vi a la mitlancihuatl! No era una mujer como cualquiera, ¡era hermosa! tercio Felipa: 

La noche estaba clara y la luna llena era. Agarré mi cubeta y me dirigí al molino de nixtamal al cruzar la plazuela del barrio de San Juan y ¡allí estaba!, ¡en la Fuente! ¿Quién iba a saber? vi que llenaba su cántaro Buenos días le dije al pasar, pero no me respondió.

Aquella mujer espectral, estaba toda vestida de blanco limpio su cántaro lo levantó y me miró, era una mujer muy bonita, tenía la cara blanca y luminosa como la luna, traía suelto el negro cabello, aretes de oro, y muchos collares brillantes. Sus ojos eran muy llamativos, Se fue flotando en el aire, no se les veían los pies debajo de la falda.

Fragmento del la narración de Era una Mujer Bonita; Rodolfo Cordero

También hay quienes dicen que estas historias, tanto la de la llorona como la de la Mictlancihuatl podrían referir a "Las Cihuateteotl"  <mujeres diosas>, en la mitología mexica son espíritus femeninos encarnados de las mujeres que morían en labor de parto, por lo que se les consideraba guerreras y acompañaba al Dios Sol en el Tonatiuhichan, se decía regresaban a la tierra en ciertos días después de cumplir sus cuatro años de servicios al Dios Sol.

Ahora yo voy a contarles lo que le pasó a mi abuelo dijo Chepe:

Caminaba con sus dos remos al hombro cuando, a unos metros de la iglesia de Santa Crucita qué le sale al paso a una mujer, pero a todo dar, llevaba unos aretes y vestida de blanco. Mi abuelo se detuvo expectante contemplando la, pero cuando ella se le iba acercando a mi abuelo se fijó en su falda larga y miró entonces aquella hermosa mujer avanzaba como si la fueran empujando y vio que flotaba y que debajo de la falda asomaba unas patas de guajolote.

La Mictlancihuatl pensó tiró los remos y regresó corriendo al embarcadero Cómo llegó a su estado despertó a todos unos amigos remeros le explicaron que tenía que regresar porque la dama en cuestión era un cihuateteotl y lo quería ganar.

Fragmento del la narración de La Cihuateteotl; Rodolfo Cordero

Lo cierto es que todas estas historias, tienen en común además del ser blanco en forma de mujer hermosa que se volatiliza en el espacio de Xochimilco, es la penumbra nocturna, que se ilumina por la luna llena, que pareciera esperar a que esta espera a que este en el firmamento para hacer su aparición.

No sé si estaba despierto aquella vez cuando de las nubes que abrillantada la luna vi que se desprendió una, que cruzó el espacio nocturno dejando tras de sí una estela, aquella nube bajó hasta la cabeza opuesta a la que yo ocupaba. Y tomó la forma de una mujer sonriente de rostro pálido, pero vivas de ojos expresivos y cabellera negra radiante en la noche de luna llena sus arracadas y collares de piedras preciosas resalta la hermosura de su rostro su cuerpo delgado parecía alargarse hacia lo alto por efecto de la estela que cubría la neblina de la superficie del acalote y los ahuejotes.

Aquella mujer me ofreció sus brazos desnudos, pero cuando trate de tomar la entre los míos sentí un suave empujón a la altura de mis hombros y ellas elevó escapando al abrazo con esa sonrisa inolvidable en sus labios cerrados, aún siento el velo blanquísimo ascender entre los dedos de la mano que estire para retenerla y toda esa nube en qué estábamos envueltos subió tras ella dejándome a solas en el agua quieta de Cuemanco y una extraña sensación de soledad. Dejé entonces que el chupón se desliza sobre ese espejo líquido mientras yo inútilmente observaba mi alrededor y hacia arriba en su búsqueda.

Cuestionando las apariciones recordé que mis ascendientes referían a aquél ser trataba de recuperar los huesos que le habían arrebatado en el Inframundo y me decían; cuando vayas de noche cuídate de la Mictlancihuatl que puede llevarte al mundo de los muertos.

Fragmento del la narración de Los Perros de Agua Ladran de Noche; Rodolfo Cordero

Fuente: Pinterest

Es que ese infinito firmamento de estrelladas noches y camino galáctico construido por Tezcatlipocatl quién recorría con Quetzalcoatl, ese espacio cintilante en el que dieron vida a la diosa de la falda estrellada Citlalicue, fue fue testigo y vio surgir al quinto sol y a los macehuales después de que Quetzalcóatl bajara al Mictlan por lo huesos sagrados.

Quetzalcoatl recogió los huesos, los juntó, hizo un fardo con ellos, luego los llevó a Tamoanchan, al lugar de los dioses de los nueve cielos.

Tan pronto llegó Quetzalcoatl, los entregó a la diosa Quilaztli, la diosa de los sustentos; la madre omnipotente de la familia xochimilca; la Cohuacihuatl, la mujer serpiente, la dueña de sus fascinantes y hechiceras transformaciones: la Yaocihuatl, la mujer guerrera, la Quauhcihuatl, la mujer águila; la Tzitzimicihuatl, la mujer infernal; y ella, Quilaztli, molió los huesos sobre un metate, los amasó, tomó porciones de la masa y les dio la forma humana, y la puso después en una vasija dotada de hermosura, modelada en barro. A la sazón, Quetzalcoatl sangró su miembro sobre la masa. Y enseguida lo hicieron los señores Apantecuhtli, el que manda en las costas; Huiztolinqui, el que mueve la azada de la labranza; Tepanquizqui, el que sale en el lugar de otros; Tlalamanqui, el que da consistencia al mundo, y Tezontemoc, el que baja la cabeza.

Y la tierra se pobló.

Mictlancihuatl, la señora del inframundo, el lugar de los descarnados, esposa de Mictlantecuhtli, el señor de los muertos, esperó, dio tiempo a la restitución, a la devolución de los huesos preciosos que se había llevado Quetzalcoatl: «los devolveré», había dicho, sin cumplir con su palabra, y aunque fueron usados para glorificar el obraje de la creación humana, la señora de los muertos surgió en la superficie terrestre para recuperarlos.

Inconforme, la Mictlancihuatl reclamó los huesos del Mictlan, y para recuperarlos, ella se transfiguró en la mujer fúnebre, de blanca vestidura etérea. La de la esbelta figura distinguida. La del porte soberbio de la mujer nativa. La presencia femenina delicada. La de la suprema regencia del señorío de los extintos. La que se deslizaba bajo la sombra de los árboles de las chinampas, los quetzalhuexotl de la personificación de Quetzalcoatl. La que afloraba por los caminos, por las calles y las veredas del Olac, del Tecpan y del Tepetenchi del señorío xochimilca. La que mostraría a los mortales el delicado rostro de su osamenta cadavérica para llevarse a los macehuales al lugar de la incertidumbre, el término de la muerte, y así, redimir los huesos sagrados de sus antepasados que amasó Quilaztli.

Fragmento de Nosotrosmx: "La Mictlancihuatl y el origen de los xochimilcas", de Rodolfo Cordero.

viernes, 4 de junio de 2021

La Llorona es un historia tan contada que sus gritos llegan a todas partes ¿Conoces sus origines y algunas historias que se cuentan en Xochimilco?

Bailando con la luna llena, se encuentra, con su vestido blanco y su grito desagarrado  

Una cabellera tan oscura como la noche deslizándose por su espalda, mientras se arrodilla junto al arroyo y hunde sus manos en el agua fría. Un vestido tan blanco como la nieve moviéndose con la brisa nocturna sobre su cuerpo y sólo escuchas el sonido del agua moviéndose con la corriente. . . pero entonces, el áspero jadeo de una mujer llorando interrumpe en el silencio, creciendo más y más fuerte hasta que la mujer con el largo cabello negro y vestido blanco se da la vuelta y te mira directamente. El llanto desesperado te rodea, aumentando su intensidad, en un crescendo que hiela la sangre, hasta que un miedo casi tangible te alerta que algo está mal. Fragmento de la página de Ghost City Tours.

La leyenda de “La Llorona” es una historia muy popular que se oye por todo México, como su grito, así como por las zonas del suroeste de los Estados Unidos y otras regiones Latinoamérica, en sus versiones propias.

La leyenda de La Llorona, en su forma más simple, es la siguiente: La Llorona es la historia de una mujer de tiempos de la Nueva España que, al saberse engañada por el hombre al que ama, se venga de él matando a sus hijos. Cuando repara en lo que ha hecho pierde la razón y muere para después aparecer por las noches penando, dando alaridos por las calles de la ciudad lamentándose por sus hijos muertos. El clásico grito lastimero de la Llorona es: “¡ay, mis hijos!”.

También se dice que la leyenda tiene sus referentes en la tradición prehispánica, de acuerdo al articulo "La Llorona, Análisis Literario-Simbólico" dice que  esta leyenda a su vez la configuraron las tradiciones mexica y maya. Conforme a la cosmovisión prehispánica, las mujeres muertas en el parto son consideradas mujeres divinas, Cihuateteo para los nahuas, xtabay para los mayas, ya que han derramado su sangre como los guerreros y los sacrificados al sol. Estas mujeres acompañan a Tonatiuh, el sol, en su recorrido por el inframundo, sirviendo y combatiendo junto con él a las fuerzas de la noche. Pero cada 52 años, en los últimos cinco días del año prehispánico, los llamados días nemontemi o días aciagos, estas mujeres vuelven al mundo buscando a sus hijos. Por eso los hombres y mujeres les temen en esos días y protegen a sus hijos con máscaras hechas de pencas de maguey, como lo señala Demetrio Sodi (1985).

Por su parte en el artículo "Lloronas, madres y fantasmas", escriben sobre los  los datos registrados en las crónicas de la conquista y el testimonio de Bernardino de Sahagún, que relatan uno de los presagios, el sexto, que recibió el pueblo de Tenochtitlan algunos años antes de la llegada de los españoles, percibió presagios funestos que anunciaban la historia por venir, la derrota de un pueblo. Uno de estos malos augurios fue el repetido lamento de una mujer espectral elevándose entre las aguas acongojada por la muerte de sus hijos. “Iba gritando por la noche: ¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos! Y a veces decía: Hijitos míos, ¿a dónde os llevaré? (León Portilla). Fray Bernardino de Sahagún identificó el llanto de ese espectro de cabellos largos y vaporosos vestidos con Cihuacóatl, de las palabras en náhuatl “cihuatl”, mujer, y “coatl”, serpiente:

Era una noche en calma, el cielo estaba estrellado y la luna se reflejaba en el lago de Texcoco. Los cuatro sacerdotes esperaban observando hacia el firmamento. De pronto se escuchó el lamento:

-¡Aaaay, mis hijos! ¿Dónde los llevaré para que escapen a tan horrible destino?
-¡Es Cihuacóatl! -aseguró uno de los sacerdotes.
-Nuestra diosa madre ha salido de las aguas para prevenirnos -agregó otro.
Esta leyenda y su origen prehispánico hacen referir a otra leyenda, la de la Mictlancihuatl, que con gusto trataremos en otra historia

La llorona es un símbolo del cual se vale la oralidad para transmitir, en una narración, una masificación de la cultura, por lo que esta cambia de acuerdo a los narradores que la cuentan, como la viven, cómo se las transmiten y conforme es su realidad, pudiendo cambiar las veces que quieran y de esa manera el relato se transforma.

Es así que existen varias versiones, todas varían en una cosa u otra, como las que dice que no los ahogó, sino que los mató con un cuchillo, también llegan a contar que era uno, dos y hasta tres hijos los que tenía y mató. Otras la señalan como Malintzin quien tuvo dos hijos con Cortes, pero este se los iba arrebatar y ella los mató ahogándose. Otra historia más dice que fue una vez una joven muy feliz que se casó con el amor de su vida, en la iglesia prometió entregar a su primogénito, después de que nacieron sus dos hijos no lo hizo y un día su casa de la nada se incendió con los niños dentro, la cara se le quemo y el fuego desaparece todo, como si nunca hubiera existido la casa junto con sus hijos, quedado destinada a vagar buscándolos con el rostro desfigurado. En otro lugar se llega asociar con las historias de la dama de blanco.

Historias, leyendas, tradición oral y cuerpos de agua, todo ello abunda en Xochimilco, por supuesto también es “hogar” de estas narraciones, no se peude hablar de la llorona y de Xochimilco sin referir a la tradicional puesta en escena de la misma historia que se lleva acabo en las chinampas. También son varias las historias que se escuchan de este fantasmal espíritu que ronda por los canales, ya que son varios los que dicen haberla escuchado y otro más incluso la vieron, dejamos algunas de esas historias que circundan  por los barios, callejones y chinampas de esta leyenda;

Hace tiempo en Xochimilco vivía una mujer con dos hijos Xóchitl y Tonatiuh ellos cultivaban flores hermosas y las vendían en el pueblo, con lo que juntaban para sus gastos, comida etc. Un día partieron de su casa con las flores para venderlas, cuando volvieron a casa, la mamá vio que su casa se estaba incendiando, desesperante bajo de la canoa dejando a sus dos hijos arriba de ella, en ese momento paso una corriente muy fuerte que se la llevó y los niños fueron alejados de su madre. La mujer gritaba desesperante y no pudo salvarlos, la gente del pueblo ayudó, pero igual no pudieron encontrarlos. En ello la mujer huyó del pueblo llorando y exclamando ¡hayyyy missss hijosssss !…

La mujer empezó a llorar en el pueblo a la medianoche, desde ese suceso fue nombrada por la llorona y después de unos días, empezaron a desaparecer los niños del pueblo a media noche. Entonces un joven se atrevió a enfrentarla, luego el día del juicio decidieron llevarla a la iglesia en donde fueron sepultados sus dos hijos, y la llorona fue calmando su llanto, en eso aparecieron sus dos hijos y desapareció su lado maligno y después se fue con ellos. Desde esa vez ya no se volvió a escuchar los llantos de la llorona y los niños fueron salvados.

Historias tomadas del documento Literatura I Análisis de Leyenda; Colegio de Bachilleres Del Estado De México.

Otra historia que circunda en esta región, tomada del libro Leyendas y Relatos de Xochimilc, de Rodoflo Cordero, es la de la llorona de Caltongo, este es un barrio antiguo de la época precolombina, para entrar a este barrio tanto por el este como el este y sur existen las acequias (zanja o canal) para los embarcaderos, las canoas y trajineras, en aquellos callejones tan estrechos, los vecinos que allí viven, conversan y narran los sucesos que ahí suceden, como el de la llorona, la dama blanca vaporosa y sus gritos estremecedores: ¡aaaaaayyyyy mmmmmiiiissss hiiiiiijjjjooooos! Gritos que han escuchado muchos vecinos a la media noche con luna llena o sin ella; es una mujer que viste de blanco, señalan, lleva el pelo despeinado, con cara honrosa de espanto.

En la fiestecita del barrio de Caltongo, el 4 de octubre del 2001, en tanto degustamos del rico mole colorado, la plática acerca de estos hechos atrayentes, podría decirse inexplicables por vivir en los albores del siglo XXI, nos hicieron pensar que esos cuentos llevan un altísimo porcentaje de imaginación, uno de nostalgia por el mundo que vivieron nuestros abuelos.

En seguida del grito desgarrador, el galope de varios caballos con sus relinchos se deja escuchar, pero de verdad tío así como se lo cuento, la llorona y los caballos se escuchan en las noches de Caltongo.

El profesor Rosales está seguro que la llorona aparece por los callejones de la Gloria de la entrada principal del barrio de Caltongo, en Xochimilco y llega a la capilla, Detrás de la capilla está una acequia donde los chinamperos amarran sus canoas. Allí en esa acequia con hedores a drenaje, la llorona lanza su tercer grito, camina sobre una canoa y entre la penumbra con sombras de los árboles y de enredaderas que caen de las bardas de las casas esa mujer desaparece gritando ¡aaaaayyyyy mmmmmiiiissss hiiiiiijjjjooooossss!.

Otros vecinos están seguros de haber visto desaparecer de esa acequia un nahual transformado en un enorme perro que sigue a la llorona. Sin sombra alguna allí, la llorona y el perro desaparecen.

Más vecinos de ese barrio xochimilca recuerdan lo mismo y agregan que la llorona se aparece por la avenida nuevo león, en una curva peligrosa ocasionando que varios vehículos se arrojan al canal,

También se dice que la llorona aparece haciendo la para a los taxistas, a los automovilistas, y a los microbuses, algunos conductores asustados le arrogan el auto sin hacerle nada.

Bailando con la luna llena
Se encuentra la llorona,
Su vestido blanco de seda,
Se mueve al compás del viento
En la soledad nocturna
Su agonía de madre es eterna
El viento frió, es su música
Sus pies blancos no tocan el suelo
Solo su llanto toca el alma
Fragmento del poema LLORONA, del blog de cuentos y poemas cortos de Max Soto